REQUESENS
El antiguo pueblo de Requesens, en la vertiente sur del Puigneulós (1.255 m.), centra el sector del término sue comprende la cabecera del arroyo de Anyet (nombrada aquí riera de Requesens). En medio de grandes espesuras de alcornoques, con masías hoy abandonadas, entre los claros se destaca el antiguo castillo en una colina a 511m. a la izquierda de la riera, la masía de la iglesia, donde había la parroquia primitiva y la parroquia santuario de Madre de Dios de Requesens.
En sitio está mencionada el 859 en un precepto de Carles El Calb el pagus de Peralada (villare quod vocant Richusins). El castillo aparece documentado desde mediados de siglo XI y su historia ha sido estudiada por P. Negre a partir de los archivos de los Duques de Medinacelli.
Construido por Gausfred II de Rosselló y Empúries, dentro de un alodio que el conde Hug I de Empúries, tío suyo, le había confiado, este hecho fue uno de los motivos de discordia entre los dos condados. A lo largo del siglo XII dependío todavía de los condes de Rosselló, pero ya en este siglo aparece ligado al linaje de los Rocabertí, que adquirío después la jurisdicción y la propiedad hasta la época moderna.
ROQUESENS Y SU CASTILLO
CASI UNA HISTORIA SIN HISTORIA
Generalmente cuando se habla de un castillo uno se imagina las guerras de otros tiempos, con sus batallas a base de mandobles. Se escribió sobre la guerra de Requesens, pero no hay ningún acontecimiento sanguimario alguno que deja constancia de este hecho, lo que hace suponer que nunca existío.
De este castillo de Requesens, pués, sin historia guerrera alguna, también se desconoce exactamente su procedencia, o sea, a que es debida su edificación.
En el año 859 Humfrido (probablemente de origen godo) hace donación del lugar a los Oriol, los cuàles al parecer son sus fundadores.
No obstante, también ciertas historias nos llevan a considerar que los fundadores podrían ser los Condes del Rosellón.
La historia de Humfrido y Oriol queda ahogada antes de llegar a final del siglo.
Los Condes del Rosellón, no obstante, continúan figurando de forma màs vistosa en medio de uan gran cantidad de nombres y personalidades donde se mezcla un poco de todo, sin definirse claramente como se originaba en esta zona tanta nobleza.
Todo esto iba sucediendo alrededor del siglo XII, cuando tenían lugar las luchas de las Cruzadas en Tierra Santa y cuando los Càtaros mantenían firmes sus luchas y posiciones en Occitania, Rosellón y Pirineos.
En aquella época los montes Alberes, al igual que el resto del Pirineos, no delimitaban como ahora a dos estados. La influencia de los reyes catalanes llegaba a toda la zona de la Lengua de Occitania.
Esta personalidad catalana se extinguió el día 9 de septiembre del año 1213 cuando el rey catalàn, Pere El Católico, padre de Jaume I, murió en la batalla de Muret a la que acudió en ayuda a los Condes de Tolosa que luchaban contra las tropas mercenarias de Simó de Montfort.
Requesens, probablemente ere una vía de comunicación para ir de la llanura del Roselló a la llanura del Empordà pasando por la Albera y el Puigneulós.
En el año 1040 se llamaba Recosin.
En 1085 se llamaba Rechodindus.
En 1278 se llamaba Requeseno.
Y así se fué transformando hasta llamarse Requesens tal como es hoy en día. En el siglo XII todavía pertenecía a los Condes del Roselló. En 1285 empieza a figurar el nombre de Conde de Rocaberti. En 1420 el rey Alfons V hace donación a Dalmaci de Rocabertí de los sitios de Verges, la Tallada, Vinsà del Rosellón y el Castillo de Requesens.
La personalidad de los Condes del Rosellón queda eclipsada. Ahora son los Rocabertí los feudatarios de esta montaña de Requesens con su castillo, las masías y la aldea de Santa Maria, 844-2000, màs antiguo que el castillo.
Aquí los figuerenses y comarcales venían a pedir la tramontana purificadora cada año a la primera semana de junio, saliendo en romería de la iglesia de Sant Sebastiàn de Figueres.
Los Rocabertí son también Condes de Peralada. Su feudo duró cinco siglos. En el siglo XIX Tomàs de Rocabertí de Dameto, Conde de Peralada y Vizconde de Rocabertí empezó la restauración del castillo. Murió pero el año 1898 sin ver acabada la restauración. Un año màs tarde, en 1899, su hermana Joana Adeleida de Rocabertí, que fue hereditaria de todos los bienes de su hermano, dió fín a las obras de restauración.
Parece ser que en aquellos tiempos las mujeres tenían su « pequeño » secreto. Ella sola, seguro, era conocedora de lo que motivó que se desprendiera de esta herencia nombrando heredero de todos sus bienes al mallorquín Ferran Truyols y Despuig, Marqués de la Torre. La verdad es que Ferran no sabía qué hacer de esta monumental herencia y la vende acto seguido a los hermanos a Pere y Joan Roselló (Mallorquines) que empiezan una explotación brutal de los àrboles milenarios que poblaban la montaña. Esta explotación forestal duró veinte años sin ningún respeto ecológico.
Entre los años 1920-22, una vez acabada la explotación, los hermanos Roselló se venden la montaña al Duque del Infantado. Este despidió a los habitantes de Requesens, arrendatarios y aparceros, diciéndoles que no esperaran ningún tipo de ayuda por sus casas. En el año 1942 el Duque del Infantado se vende la montaña de Requesens a la Sociedad A. Bores y màs tarde ésta la vende a los industriales Esteva y Pijoan, actuales propietarios.
Al acabar la Guerra Civil una compaña de jóvenes destinados a hacer guardia en la montaña fronteriza con Francia, ocupa también, el castillo en calidad de cuartel, ignorantes del valor histórico de todas aquellas paredes de piedras milenarias, destruyen los interiores y las almenas de las torres.
Devolvieron el castillo a su estado de ruinas de cien años atràs y así se encuentra en la actualidad.
REQUESENS
El antiguo pueblo de Requesens, en la vertiente sur del Puigneulós (1.255 m.), centra el sector del término sue comprende la cabecera del arroyo de Anyet (nombrada aquí riera de Requesens). En medio de grandes espesuras de alcornoques, con masías hoy abandonadas, entre los claros se destaca el antiguo castillo en una colina a 511m. a la izquierda de la riera, la masía de la iglesia, donde había la parroquia primitiva y la parroquia santuario de Madre de Dios de Requesens.
En sitio está mencionada el 859 en un precepto de Carles El Calb el pagus de Peralada (villare quod vocant Richusins). El castillo aparece documentado desde mediados de siglo XI y su historia ha sido estudiada por P. Negre a partir de los archivos de los Duques de Medinacelli.
Construido por Gausfred II de Rosselló y Empúries, dentro de un alodio que el conde Hug I de Empúries, tío suyo, le había confiado, este hecho fue uno de los motivos de discordia entre los dos condados. A lo largo del siglo XII dependío todavía de los condes de Rosselló, pero ya en este siglo aparece ligado al linaje de los Rocabertí, que adquirío después la jurisdicción y la propiedad hasta la época moderna.
ROQUESENS Y SU CASTILLO
CASI UNA HISTORIA SIN HISTORIA
Generalmente cuando se habla de un castillo uno se imagina las guerras de otros tiempos, con sus batallas a base de mandobles. Se escribió sobre la guerra de Requesens, pero no hay ningún acontecimiento sanguimario alguno que deja constancia de este hecho, lo que hace suponer que nunca existío.
De este castillo de Requesens, pués, sin historia guerrera alguna, también se desconoce exactamente su procedencia, o sea, a que es debida su edificación.
En el año 859 Humfrido (probablemente de origen godo) hace donación del lugar a los Oriol, los cuàles al parecer son sus fundadores.
No obstante, también ciertas historias nos llevan a considerar que los fundadores podrían ser los Condes del Rosellón.
La historia de Humfrido y Oriol queda ahogada antes de llegar a final del siglo.
Los Condes del Rosellón, no obstante, continúan figurando de forma màs vistosa en medio de uan gran cantidad de nombres y personalidades donde se mezcla un poco de todo, sin definirse claramente como se originaba en esta zona tanta nobleza.
Todo esto iba sucediendo alrededor del siglo XII, cuando tenían lugar las luchas de las Cruzadas en Tierra Santa y cuando los Càtaros mantenían firmes sus luchas y posiciones en Occitania, Rosellón y Pirineos.
En aquella época los montes Alberes, al igual que el resto del Pirineos, no delimitaban como ahora a dos estados. La influencia de los reyes catalanes llegaba a toda la zona de la Lengua de Occitania.
Esta personalidad catalana se extinguió el día 9 de septiembre del año 1213 cuando el rey catalàn, Pere El Católico, padre de Jaume I, murió en la batalla de Muret a la que acudió en ayuda a los Condes de Tolosa que luchaban contra las tropas mercenarias de Simó de Montfort.
Requesens, probablemente ere una vía de comunicación para ir de la llanura del Roselló a la llanura del Empordà pasando por la Albera y el Puigneulós.
En el año 1040 se llamaba Recosin.
En 1085 se llamaba Rechodindus.
En 1278 se llamaba Requeseno.
Y así se fué transformando hasta llamarse Requesens tal como es hoy en día. En el siglo XII todavía pertenecía a los Condes del Roselló. En 1285 empieza a figurar el nombre de Conde de Rocaberti. En 1420 el rey Alfons V hace donación a Dalmaci de Rocabertí de los sitios de Verges, la Tallada, Vinsà del Rosellón y el Castillo de Requesens.
La personalidad de los Condes del Rosellón queda eclipsada. Ahora son los Rocabertí los feudatarios de esta montaña de Requesens con su castillo, las masías y la aldea de Santa Maria, 844-2000, màs antiguo que el castillo.
Aquí los figuerenses y comarcales venían a pedir la tramontana purificadora cada año a la primera semana de junio, saliendo en romería de la iglesia de Sant Sebastiàn de Figueres.
Los Rocabertí son también Condes de Peralada. Su feudo duró cinco siglos. En el siglo XIX Tomàs de Rocabertí de Dameto, Conde de Peralada y Vizconde de Rocabertí empezó la restauración del castillo. Murió pero el año 1898 sin ver acabada la restauración. Un año màs tarde, en 1899, su hermana Joana Adeleida de Rocabertí, que fue hereditaria de todos los bienes de su hermano, dió fín a las obras de restauración.
Parece ser que en aquellos tiempos las mujeres tenían su « pequeño » secreto. Ella sola, seguro, era conocedora de lo que motivó que se desprendiera de esta herencia nombrando heredero de todos sus bienes al mallorquín Ferran Truyols y Despuig, Marqués de la Torre. La verdad es que Ferran no sabía qué hacer de esta monumental herencia y la vende acto seguido a los hermanos a Pere y Joan Roselló (Mallorquines) que empiezan una explotación brutal de los àrboles milenarios que poblaban la montaña. Esta explotación forestal duró veinte años sin ningún respeto ecológico.
Entre los años 1920-22, una vez acabada la explotación, los hermanos Roselló se venden la montaña al Duque del Infantado. Este despidió a los habitantes de Requesens, arrendatarios y aparceros, diciéndoles que no esperaran ningún tipo de ayuda por sus casas. En el año 1942 el Duque del Infantado se vende la montaña de Requesens a la Sociedad A. Bores y màs tarde ésta la vende a los industriales Esteva y Pijoan, actuales propietarios.
Al acabar la Guerra Civil una compaña de jóvenes destinados a hacer guardia en la montaña fronteriza con Francia, ocupa también, el castillo en calidad de cuartel, ignorantes del valor histórico de todas aquellas paredes de piedras milenarias, destruyen los interiores y las almenas de las torres.
Devolvieron el castillo a su estado de ruinas de cien años atràs y así se encuentra en la actualidad.
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